¿Encontraremos este retrato en alguna dependencia de la calle de Génova?
¿Encontraremos este retrato en alguna dependencia de la calle de Génova?

… fuentes cuya confidencialidad ha sido pedida expresamente por ellas han comunicado a algunos blogueros alternativos, incluido El Revolucionario Escarlata, que las verdaderas intenciones del Ejecutivo pepero respecto al futuro de los ex trabajadores (suponiendo que pueda haber muchos de ellos a todos los plazos) de la tercera edad (suponiendo que puedan darse el lujo de vivir muchos años, y suponiendo, que ya es demasiado suponer, que lo hagan dignamente) es peor de lo que pensábamos cuando nos da por pensar en estas cosas.

Se dice, con supuesto conocimiento de causa, que, inspirándose hasta el extremo en el sistema de pensiones de Dinamarca, el Gobierno «archipopular» del Estado español podría calcular la cuantía de las pensiones contributivas por retiro del mercado laboral, más que en función de la esperanza de vida de la gente, en función de los años que el propio Gobierno decida que las personas deben cumplir.

Así, por ejemplo, con base en escuelas nazis de profundo calado en los cuadros del PP, aquellos ancianitos que deseasen vivir longevos y que encima se cuidasen para alcanzar tan bello objetivo serían cuidadosa y humanamente eliminados en residencias expresamente construidas para ellos, sobre todo en los casos en que insistan en seguir respirando. Para ello contarían, además, con el cualificado asesoramiento de María Dolores de Cospedal, experta en fórmulas de eutanasia amparadas en su propio concepto de legalidad.

En las fachadas de dichas residencias serían visibles unas cruces que, por discreción, no serían exactamente gamadas, pero sí muy semejantes a la del Valle de los Caídos, pero con guirnaldas de piedra coloreada para causar mejor impresión y provocar menos cagaleras de miedo.

La iniciativa, que por motivos obvios es de embarazosa publicabilidad, podría materializarse en cuanto el Consejo de Ministros tuviera sobre la mesa un listado de candidatos más idóneos para convertirse en objetos de la ambiciosa regulación. Los preferentes serían, según lo presumible, comunistas, socialistas, «socialistas» (como los del PSOEZ), gays casados con otros gays, gays casados con personas del sexo opuesto (se van a hinchar como busquen entre estos últimos a votantes y militantes del Partido Popular), enfermos crónicos y enfermos agudos (si les sale de los cojones y los ovarios a nuestros actuales dirigentes).

No se descarta que la lista sea ampliada para incluir en ella a viejos curas no pedófilos (encontrarán pocos, la verdad) que hayan tocado la guitarra y salido en televisión «progre», simpatizantes de líderes izquierdistas latinoamericanos (es decir, espectadores que no sigan o hayan seguido los medios de comunicación de mayor audiencia) y practicantes de abortos ilícitos ( o sea, cualquier aborto que no haya querido el Señor) hayan sido cuales hayan sido los resultados de tales prácticas.

A la espera de que quizás se confirmen estos rumores sobre esta supuesta decisión histórica, se recomienda que no se tome el camino de los planes de pensiones privados a menos que nos toque un dineral jugando al Euromillón. Claro que de tener esa suerte, ¿quién coño va a pensar en jubilarse si no le va a hacer falta dar palo al agua? Y si quisiéramos darlo, en cualquier circunstancia, nos íbamos a quedar rogando… y con el mazo recibiendo.