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Fidel, en su condición de máximo dirigente del movimiento revolucionario que en próximas horas atacaría los cuarteles Moncada en la ciudad de Santiago de Cuba, y Carlos M. de Céspedes en Bayamo, le había dado las orientaciones precisas al compañero Raúl Gómez García para que redactara un llamamiento al pueblo de Cuba, nombre que se le dio en aquel momento al documento, como parte de la estrategia por él trazada, en el que se convocaba a los cubanos dignos y patriotas a unirse a la lucha por la definitiva independencia, expresando el camino que emprendería la Revolución Cubana una vez triunfante.

-Ante el cuadro patético y doloroso de una República sumida bajo la voluntad caprichosa de un solo hombre, se levanta el espíritu nacional ddesde lo más recóndito del alma de los hombres libres. Se levanta para proseguir la revolución inacabada que iniciara Céspedes en 1868, continuó Martí en 1895 y actualizaron Guiteras y Chibás en la época republicana. En la vergüenza de los hombres de Cuba se asienta el triunfo de la Revolución Cubana-.

Así de encendidas son las palabras iniciales de lo que luego trascendería en nuestra historia como el Manifiesto del Moncada, en el que se denuncia la situación del caos de la politiquería deshonrada que en calma contemplaba los desmanes de la dictadura de Fulgencio Batista.

-El Centenario Martiano – reza el Manifiesto – culmina en ciclo histórico que ha marcado progresos y retrocesos paulatinos en los órdenes político y moral de la República: la lucha sangrienta y viril por la libertad e independencia; la contienda cívica entre los cubanos por alcanzar la estabilidad política y económica; el proceso funesto de la intervención extranjera; las dictaduras de 1929-33 y de 1934-44; la lucha incansable de los héroes y mártires por hacer una Cuba mejor-.

Claro, breve y preciso se presentaba en el Manifiesto el recuento histórico cubano, Raúl Gómez, más que el poeta de la Generación del Centenario, se muestra en este texto como un hombre de una comprensión y una formación ideológica acabada, capaz de haber interpretado el pensamiento de Fidel y traducirlo en el documento.

-Por defender esos derechos, por levantar esa bandera, por conquistar esa idea, en tierra tiene puestas las rodillas la juventud presente, juventud del Centenario, pináculo histórico de la Revolución Cubana, época de sacrificio y grandeza Martiana. Por conquistarla, el ojo avizor tiene la juventud puesto en la entraña de los hombres de verdad, de mente ágil, espíritu gigante, que supieron darlo todo por una Cuba digna de la sangre espontánea de sus hijos, viva en la consolidación de su destino inevitable en el sueño supremo del Apóstol-

Escogidos al azar, estos fragmentos introducen el programa que se trazaría la Revolución triunfante en aquellos momentos, delineados en once puntos, que por su poca divulgación entre las generaciones actuales y su total vigencia de principios, entendemos oportuno reproducirlos textualmente, sin antes no dejar de hacer referencia a la siguiente expresión: -En 1853 con el nacimiento de un hombre luz, comenzó la Revolución Cubana; en 1953 terminará con el nacimiento de una República luz-.

A.- La Revolución declara que no persigue odio ni sangre inútil, sino salvar la vergüenza de Cuba en un año crucial. Surgiendo de las capas más genuinas del valor criollo, nace la revolución del pueblo cubano con la vanguardia de una juventud anhelante de una Cuba nueva, limpia de pasados errores y de mezquinas ambiciones. Es la revolución emanada de nuevos hombres y de procedimientos nuevos preparada con la potencia irredenta y la decisión de los que dedican su vida a un ideal.

La Revolución declara que es el frente meditado de un empeño, arrancando de una vez y para siempre todas las ataduras que nos ligan al pasado corrupto y todos los mitos que nos mantienen en el presente de amargura y de dolor.

B.- La Revolución se declara libre de trabas con las naciones extranjeras y libre también de influencias y apetitos políticos y personajes propios. La Revolución es una entidad viril, y los hombres que la han organizado y representan pactan con la sagrada voluntad del pueblo para conquistar el provenir que se merece. La Revolución es la decisiva lucha de un pueblo contra todos los que lo han engañado.

C.- La Revolución declara que respeta la integridad de los ciudadanos libres y de los hombres de uniforme que no han traicionado el corazón nacional, ni le han sometido su bandera gloriosa, ni han abjurado de su Constitución.

Saluda en esta hora decisiva a todos los cubanos de vergüenza, donde quiera que estén, y abraza con júbilo a los decididos que se cobijen sinceros sobre su arco de triunfo.

D.- La Revolución declara su energía y rigor contra los que sólo han sabido tener energía y rigor para arrebatar al pueblo sus sagrados derechos e instituciones, conculcando la libertad y soberanía al costo del dolor y de la angustia de los hijos de Cuba.

E.- La Revolución declara su decisión firme de situar a Cuba en el plano de bienestar y prosperidad económica que aseguran su rico subsuelo, su situación, su agricultura diversificada, y su industrialización que han sido explotados por gobiernos legítimos y espurios, por ambiciones desmedidas y por interés culpable.

F.- La Revolución declara que reconoce y se orienta en los ideales de Martí, contenidos en sus discursos, en las Bases del Partido Revolucionario Cubano, y en el Manifiesto de Montecristi; y hace suyos los Programas Revolucionarios de la Joven Cuba, el ABC Radical, y el Partido del Pueblo Cubano (ortodoxo).

G.- La Revolución declara su respeto a las Naciones libres de América hermana que han sabido conquistar, a costa de cruentos sacrificios, la posición de libertad económica y justicia social que es el índice de nuestro siglo. Y hace votos, en esta hora decisiva, porque la clarinada cubana sea una estrella más en la conquista de los ideales e intereses latinoamericanos, latentes en la sangre de nuestros pueblos y en el pensamiento de nuestros hombres más ilustres.

H.- La revolución declara su afán y decisión de remover, íntegra y totalmente, el medio económico nacional, con la implantación de las medidas más urgentes para resolver la crisis y repartir trabajo honrado y dinero equitativo a todos los hogares cubanos, decisión ésta que es una e indivisible en el corazón de los hombres que la defienden-

I.- La Revolución declara su respeto por los obreros y los estudiantes como masas acreditadas en la defensa de los derechos inalienables y legítimos del pueblo cubano a través de toda la historia, y les augura a ellos y a todo el pueblo, la plasmación de una total y definitiva justicia social basada en el adelanto económico e industrial bajo un plan sincronizado y perfecto, fruto de razonado y meticuloso estudio.

J.- La Revolución declara su respeto absoluto y reverente por la Constitución que se dio al pueblo en 1940 y la restablece como Código Oficial. Declara que la única bandera es la tricolor de la estrella solitaria y la eleva como siempre, gloriosa y firme, fragor del combate, que no hay otro himno que el Nacional cubano reconocido en el mundo entero por la estrofa vibrante: ¡Qué morir por la Patria es vivir!

K.- La Revolución declara su amor y su confianza en la virtud, el honor y el decoro del hombre y confiesa su intención de utilizar los que valen de verdad, en función de esas fuerzas del espíritu, en la tarea regia de la reconstrucción cubana. Estos hombres existen en todos los lugares e instituciones de Cuba, desde el bohío campesino hasta el Cuartel General de las Fuerzas Armadas; y el ojo avizor de la Revolución los situará en la posición de servicio que Cuba les pide. No es ésta una Revolución de castas.

Cuba abraza a los que saben amar y fundar, desprecia a los que odian y deshacen. Fundaremos la República nueva, con todos y para el bien de todos, en el amor y la fraternidad de todos los cubanos.

La Revolución se declara definitiva, recogiendo el sacrificio inconmesurable de las pasadas generaciones, la voluntad inquebrantable de las presentes generaciones, y la vida en bienestar de las generaciones venideras.

En nombre de los Mártires.
En nombre de los derechos sagrados de la Patria.
Por el honor del Centenario…
La Revolución Cubana.

Este programa revolucionario sería llevado a la práctica, íntegramente, con el triunfo del 1ro. de Enero de 1959.

 

(Texto tomado del Archivo de Adelante Digital)